Continuando con la entrada anterior, en este artículo seguimos comentando el libro Ética para Amador.

La ética pretende comprender la manera más conveniente de vivir humanamente, valorando la vida sin pensar en que todo da igual porque la muerte es inevitable.
Buscando el sentido de la vida, el autor menciona que nuestra tarea principal es no ser un imbécil. Y logra identificar algunos tipos de imbéciles:
- El que cree que no quiere nada. (Mediocre) Todo le da igual
- El que cree que lo quiere todo. (No se decide) Difícilmente logra algo concreto
- El que no sabe lo que quiere ni se molesta en averiguarlo (borrego) No razona
- El que sabe lo que quiere, pero sin fuerza. (Por temor, nunca logra lo que quiere)
- El que quiere con fuerza. (Pero en realidad no razona si lo que quiere es conveniente)
Entonces, la buena vida, se simplifica al hecho de evitar la imbecilidad, procurando poner atención a cada decisión para siempre conseguir lo que queremos pero teniendo en cuenta que sea lo más conveniente para nosotros. La cura de la imbecilidad es la conciencia, que básicamente consiste en ir desarrollando un buen gusto moral evitando caer en cualquiera de los puntos mencionados con anterioridad que nos llevan a la imbecilidad.
El egoísmo por sí mismo no es malo. Porque al final, buscar darnos la buena vida, conlleva cierto egoísmo, pero es un egoísmo consciente. Se trata de buscar lo que más queremos de manera racional, no por un capricho, sino, analizando bien qué es lo más conveniente para nosotros.

La consciencia trae consigo varios sentimientos: culpa (o responsabilidad) y remordimiento, ello es el precio de la libertad, pues sólo siendo libres es como somos capaces de sentirnos arrepentidos o bien orgullosos de nuestro actuar. Todo depende de qué tan responsablemente ejercemos nuestra libertad. La mayoría, si no es que todos alguna vez hemos intentado evadir nuestra responsabilidad argumentando que no somos libres, culpando a una circunstancia, o persona externa. Muchas veces lo hacemos usando la palabra: irresistible; como defendiendo la idea de que no tuvimos otra opción, no quedó en nuestras manos. Al final la responsabilidad, consiste no sólo en aceptar las consecuencias de nuestros actos, sino de ser capaces de razonar que realmente estamos haciendo lo que más nos conviene y asegurarnos de que el arrepentimiento sea casi nulo en nuestras vidas.
“Lo que hace «humana» a la vida es el transcurrir en compañía de humanos, hablando con ellos, pactando y mintiendo, siendo respetado o traicionado, amando, haciendo proyectos y recordando el pasado, desafiándose, organizando juntos las cosas comunes, jugando, intercambiando símbolos”
Hay dos cosas fundamentales que entender sobre las relaciones interpersonales: primero, que los humanos seguirán siendo humanos aún si sus actitudes no son aceptadas por nosotros y es importante aprender a tratar a los humanos, esto se logra poniéndose en el lugar de los demás, como humanos; segundo: debido a que los seres humanos tendemos inevitablemente a imitar, es muy importante entender que lo que hagamos será un ejemplo para los demás, por ello la importancia de actuar responsablemente y con consciencia.

La justicia juega un papel muy importante a la hora de ponerse en el lugar del otro, porque se trata de entender las razones del otro y respetar la semejanza que existe entre ambos.
La moralidad o más bien la inmoralidad suele asociarse con temas sexuales, hay personas que creen que es malo el disfrute a través del sexo e incluso llegan a argumentar que su práctica “animaliza” al hombre, pero lo cierto es que el sexo es sólo una prueba más de lo diferente que somos a los animales, pues a pesar de que la función principal de su práctica es la procreación; los humanos también disfrutamos a través del sexo y es algo que los animales no hacen, pues su programación meramente biológica es la que hace que por instinto se reproduzcan, lo mismo con la necesidad de alimentarse, caminar, dormir, etc.
El placer es algo que constantemente se ha desarrollado alrededor de tabúes sociales, probablemente por el miedo a disfrutar demasiado, porque quizá el exceso de placeres tampoco puede ser lo más conveniente, pero eso no significa que sentir placer esté mal. Es importante disfrutar los placeres que se van presentando de acuerdo al tiempo y la etapa que se vive.

El objetivo de la vida es la alegría, y en palabras sencillas, todo lo que nos lleva a la alegría tiene justificación, y todo camino que nos aleje de la alegría, es el equivocado.
La ética suele ser muy criticada en la política, pero en realidad los políticos no son muy diferentes al resto de los ciudadanos, de hecho deben tener bastantes similitudes porque es así como llegan a esos cargo populares. Uno de los hechos por los que la política suele tener tan mala fama es porque es pública, porque en realidad, no quiere decir que los demás sectores sean de lo más éticos.
Todos los puntos tocados con anterioridad intentar descifrar el secreto para darnos la buena vida, se trata de ser libre con responsabilidad, de tener consciencia y sobre todo de ser feliz, consiguiendo siempre lo que en verdad nos conviene, siendo humanos.
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