Desde el título, Carolina nos prepara para lo que viene; Los espacios que nos ocupan, los lugares que son más parte de nosotros que nosotros de ellos, aquellos que hacemos nuestros y que nos viven y perduran.
La visión de la autora nos permite mirar de frente a la realidad contemporánea que vivimos, esa visión es perceptible en todas sus obras; violencia, soledad, abandono, locura, egoísmo, la prisa del mundo, son los temas que esculpen a cada personaje en sus cuentos. Cada uno posee un tono sombrío en la narrativa. El primer cuento, Sepulcros blanqueados, comienza así: “Había muerto y ante lo irremediable no hay opciones”. No es sorpresa que Carolina nos atrape desde las primeras líneas, y nos obligue a no soltar el libro hasta llegar a las últimas.
Pero no todo se ve inmerso en un margen de tristeza, sino que permite pasar por ligeros rayos de esperanza, estos nos hacen creer que el personaje tiene algo mejor que esperar. Encontramos también, cómo la autora plasma finales abiertos en la mayoría de sus cuentos, una estrategia, que, como lector, percibes con todos tus sentidos al intentar concluir razonablemente las historias. Una manera de sentir cómo el cuento mismo te ocupa.
Por la crudeza y la precisión en la cual llegan las palabras, Carolina, logra sembrar en sus lectores un sentimiento y un análisis personal profundos.
Para mí fue una nueva experiencia encontrarme con alguien que escribiera “sin pelos en la lengua”, que, sin miedo, narrara lo que todos prefieren callar.
En Sepulcros blanqueados, Carolina nos presenta la historia de una mujer, que tras perder a su padre, decide quedarse un tiempo en la casa de su amigo Mauricio, mientras busca un lugar barato en donde pueda establecerse.
La historia está situada en el departamento de su viejo amigo, en la Ciudad de México.
Un día por casualidad conoce a la vecina del siete; Una mujer guapa, joven y dulce, pero también misteriosa e intrigante. Ella comienza a observarla día con día. Nota que el hombre del agua pasa mucho tiempo en su departamento y esto sólo hace que quiera indagar más en la vida de la mujer. Pero el inesperado suceso que acontece, la deja sin palabras.
En su segundo cuento: Stand by my woman. Miramos desde los ojos de Bruno, un hombre que sale de su casa hasta lo que parece ser una institución en donde está hospedada Patricia, con quien tuvo hace dos años una fuerte relación sentimental. “Hablan, ríen, se abrazan, se besan; para Bruno es un remolino de vida y recuerdos… se esfuerza en no hacerlo, mas siempre sucumbe” Bruno piensa que ya puede llevársela y entonces ella nos muestra por qué es que está ahí.
Menciono estos dos ejemplos, con objeto de que demostrar la manera en la que Carolina plasma las historias crudas del mundo real y cruel, mostrándonos mucho más que una narrativa común, sino un espacio de reflexión y crítica hacia los días actuales.
Los espacios que nos ocupan es sin duda, una compilación de textos críticos, con una narrativa directa y clara, que demuestra la creatividad y originalidad de la autora. Solo me queda seguir leyendo más de ella, ahora que se ha disparado esta nueva forma de ver el mundo en mí.
Reflexión de la entrevista a Carolina Luna.
“He vivido en todos mis cuentos y en ninguno de ellos”
Con esta frase me quedo de la fructífera entrevista que llevamos a cabo hace unos momentos con Carolina.
Estoy muy agradecida por este espacio en el que pude reflexionar la manera en la que planteo mis historias y mi vida personal. En el mundo actual nos regimos del tiempo, nos falta observar y creo que es una gran aportación cuando Carolina nos dijo “Si vives intensamente, vas a percibir todo” Trataré de ser una reportera, observar, aprender a saber y seguir escribiendo. Gracias Carolina Luna.
Carolina Luna (Mérida, 1964) publicó: Nocturno (1990), límites de sangre (1991), cuentos de sangre para antes de dormir (1992), el caracol (1993), prefiero los funerales (1996), el Matagatos y otros cuentos (2002), los espacios que nos ocupan (2004).
Recibió el primer lugar en el Premio Estatal de Cuento organizado por el Instituto de Cultura de Yucatán y Mención honorífica en el Certamen de Literatura Antonio Mediz Bolio (1990). Está incluida en el Diccionario de escritores de Yucatán (CEPSA editorial, 2003). Ha publicado en Blanco Móvil, Cantera Verde, Castálida, Contraseña, Cuadernos Literarios de la Universidad Autónoma de Yucatán, Cultura Norte, Cultura Sur, El Ángel, de Reforma, El Cuento, El Juglar del Diario del Sureste, Fronteras, La página Gorgona de Novedades de Yucatán, La Revista (Yucatán), Lectura de El Nacional, Navegaciones Zur, Páginas, Parva (Tabasco), Playboy, Sábado del Unomásuno, Tierra Adentro, Unicornio de Por Esto! (Yucatán), Voices of México, y X-X. Ha impartido talleres para la UAM y Conaculta y elaborado guiones radiofónicos educativos
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